La locación de Karthal era conocida por sus lujos. Un lugar bello, lleno de cosas que descubrir. Simplemente se trataba de aventurarse en su gran extensión.
Albergaba desde montañas hasta lagos, también había un pueblo con construcciones muy elegantes, quizás un poco más distantes pero para el explorador promedio no era un impedimento.
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Solían llegar visitantes. Principalmente familias de alto nivel adquisitivo que, en busca de aventuras, gastaban sus fortunas en ese lugar. Una familia conformada por cuatro personas. Una pareja y sus dos hijos.
Fue entonces que planearon un viaje con estadía en un lujoso hotel. No es relevante aclarar sus estrellas puesto que es obvio cuales tendría. Viajaron y se hospedaron por dos semanas. No sabían por lo que pasarían posteriormente.
No querían perder tiempo y entonces comenzaron la aventura. Sarah y Thomas, una pareja muy armoniosa y romántica junto a sus hijos Arthur y Francis, emprendieron viaje hacia la montaña de Karthal. Era inmenso e imponente, sin embargo la adrenalina pudo más que el miedo.
Tendrían una ayuda, un teleférico que los llevaría hasta al menos la parte media de la montaña. De ahí deberían escalar solos con el apropiado equipo. Y así hicieron. No parecía tan complicado como se preveía, sin embargo algo los acechaba sin saberlo.
Llegados a la cima el panorama era impresionante. Se sentían reyes del mundo. Fue cuando Thomas comenzó a llamar a Francis y notó que generaba un eco. Esas palabras ser repetían varias veces. Arthur se sumó a jugar con el eco y algo inquietante sucedió. Se escuchó una voz gruesa la cuál no se entendía muy bien que decía pero ponía los pelos de punta.
Sarah estaba atemorizada y pidió que no sigan con eso. Sin embargo, otra voz se escuchó en una orientación diferente. Cuando fue a retar a uno de sus hijos entendió que él no era quién la generaba. Todos entraron en pánico excepto Thomas. Él era de una personalidad fuerte quién valiéndose de su espíritu valiente dijo no ser nada.
Y se apareció algo ahí arriba, una criatura grande con la piel rasgada. Algo se había comido y ellos eran los próximos. Tras una lucha desigual, lo que era una especie de cabra parada en dos patas logró acabar con la vida del hombre.
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Los dos hermanos junto a su madre corrieron hacia el teleférico en busca de ayuda pero el mal mantenimiento del mismo provocaría dos situaciones. Por un lado la criatura estaría frente a ellos y por el otro el vehículo no funcionaría.
Para evitarse de problemas, la empresa que facilitó la llegada de la familia a la montaña miraría para otro lado y dejaría que la próxima nevada sepulte sus posibles cadáveres. Y es que estaban entre la espada y la pared. Terminar devorados por un animal de aspecto humanoide o terminar sus vidas tirándose por el acantilado. La decisión fue una pero no se pudo saber cuál había sido elegida, lo cierto es que cualquiera de las dos opciones terminarían en una nueva historia para la población.
Ese acontecimiento sería uno más de los divulgados entre la gente. Allí arriba el rey era el demonio de Karthal.
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