Una joven dispuesta a aceptar todo tipo de trabajo, ofrecía sus servicios en distintas publicaciones. Era necesario conseguirlo lo más pronto posible, los problemas económicos se hacían cada vez más visibles.
Se trataba de una mujer separada con un hijo al que debía alimentar. Si bien no podía llevarlo al trabajo, su madre cuidaría del pequeño. Es de imaginar que costaría mucho estar alejada de él durante tantas horas. Era sabido que debía estar mañana y tarde y apenas podría pasar tiempo con él.
Al poco tiempo una mujer llama a su madre diciéndole que estaban buscando personal para cuidado de personas. Era obvio que no solo eso, también cumplir tareas domésticas. Pero con la necesidad de cuidar de su hijo haría lo imposible y más.
Fue entonces que consiguió una entrevista y se dirigió a una gran casa. Una muy antigua por cierto, con grandes ventanales y hiedra a su alrededor. Cuando tocó el timbre, un estremecedor sonido bastante grave sonó. Quién la recibió se trataba de la hija de la persona a la que deberían cuidar.
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Entablaron una conversación acordando las tareas mientras tomaban un té. No duró más de media hora hasta que finalmente había sido contratada. Si bien le explicó algunas cosas no quiso entrar en detalles, algo estaría por ocultar.
Y comenzaba el primer día de Clara, qué con mucha ansiedad, tenía una leve idea de con qué iba a encontrarse pero aún así no parecía muy convencida o preparada. Definitivamente ninguna de las dos ya que cosas terribles ocurrirían sin siquiera imaginárselo.
El hombre mayor al que debería cuidar estaba subiendo las escaleras, en una habitación con poca luz. Al entrar hizo una temblorosa y leve introducción sobre el cuidado que iba a ofrecer. Y era obvio que el ambiente no era muy confortable. Había humedad por las paredes, el olor que desprendía era asfixiante y sumado a que esta persona sufría de retención de líquidos, era un combo bastante potente.
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Pero bueno, había ido con un solo objetivo, hacer su trabajo. Entonces fue que preparó las cosas para higienizar al hombre mayor. Tenía un baño al costado lo que le facilitaba mucho las cosas.
Cuando comenzó con la higiene parecía todo marchar muy bien hasta que la tomó del brazo apretándola bastante fuerte y le dijo "veo maldad en ti". La mujer se soltó y retrocedió asustada, no era para menos porque aparte de clavarle las uñas y dejarle una herida sangrante la miraba con odio, mostrando los dientes como si de un perro rabioso se tratase.
Fue a lavarse la herida y usó un botiquín de primeros auxilios que había en el baño. Cuando volvió para terminar de higienizar al hombre este le dijo "muchachita, ¿donde te has hecho eso?" ... no hubo respuesta solo confusión.
Al día siguiente se lo comunica a la hija la cuál terminó minimizando el hecho y aclarado que tenía un contrato y debía cumplirlo. Como la situación estaba difícil decidió continuar. Cuando volvió al trabajo notó algo muy extraño. En el comedor había una libreta donde estaba explícitamente los contratos con otras personas. Era llamativo que ninguna pasara de las tres semanas y Clara sería la novena.
Al instante se escuchan los gritos desgarradores del anciano suplicando piedad y entre esas palabras expresa "¡seré un sirviente fiel, te serviré sus entrañas, su corazón, su cuerpo, todo será tuyo, clemencia! " ... y claro, no es para menos espantarse.
Llamó por teléfono a la hija y le contó lo sucedido. Esta admitió que en su momento fue un paciente psiquiátrico pero pasado un tiempo lo regresaron a la casa. Estaba supuestamente curado pero había recibido un brote que parecía hacerse mucho más fuerte. Clara deseaba intensamente que llegue la noche para así regresar con su familia.
Era un nuevo día y ya ir a esa casa generaba intranquilidad. Su corazón se aceleraba a un ritmo frenético mientras que las manos temblaban como hojas de papel. No era para menos, estaba frente a alguien que en cualquier momento podría pensar o imaginar cosas extrañas y ver a uno como su peor enemigo.
Todo marchaba bien, sin embargo, era cuestión de tiempo para que se desate un brote imposible de parar sin especialistas en el tema.
Era la última hora para regresar a casa y comenzaba a oscurecer. El hombre estaba siendo atendido de buena manera pero de pronto tiró a un lado su medicación y un vaso lleno de agua. Se abalanzó sobre ella e intentó ahorcarla. De hecho lo logró por su diferencia corporal. Ya inconsciente el hombre tomó de la bandeja de comida el cuchillo y comenzó a apuñalarla y cortajearla diciendo"¡piedad señor!" entre lágrimas y gritos . A ciencia cierta no se sabía de donde había sacado energías suficientes pero ahí estaba, un cuerpo sin vida tendido sobre la madera de la habitación.
La hija del señor mayor al no conseguir contacto con Clara descubrió lo que había sucedido. Era de imaginar y era cuestión de tiempo para que pase tal atrocidad.
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Ahora le tocaría el turno a otra empleada, porque figuraría como despedida. Su muerte habrá sido una desaparición de la que nadie se haría cargo de descubrir. La verdad nuevamente habría sido ocultada y la casa de la demencia tendría nuevamente una habitación fúnebre que hospede a sus víctimas.
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