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La vitrina del horror

Durante el aƱo 1937 existiĆ³ un hombre apasionado por los animales. ConociĆ³ gran variedad de ellos y de alguna manera buscaba retratarlos y saber todo acerca de ellos. Para ese entonces contaba con una cĆ”mara, no muy costosa pero lograba su cometido.


Se dedicaba a capturar momentos Ćŗnicos donde los animales sean los principales protagonistas. Era un hobbie muy interesante porque aparte de conocer sobre cada especie debĆ­a recorrer grandes distancias y conocer el mundo como de una aventura se tratase.


Para poder mejorar sus fotografƭas necesitaba un equipo mucho mƔs avanzado, si bien la Ʃpoca no prometƭa muchos avances en la fotografƭa sƭ se podrƭa mejorar esas imƔgenes con un enfoque mucho mejor y nitidez sobresaliente, en fin, datos tƩcnicos que no vienen al caso. Debƭa pensar arduamente la manera de conseguir un dinero extra para asƭ lograr hacer estar un paso mƔs cerca de lo profesional, era la idea base.

Jacques vivĆ­a en la ciudad de ParĆ­s por lo que el Ć©xito estaba muy prĆ³ximo a Ć©l. Una ciudad sin igual que prometĆ­a muchas cosas, entre ellas un abanico de posibilidades, mucha gente inmigraba hacia allĆ­. Entonces intentĆ³ vender las fotos que logrĆ³ capturar hasta el momento al mejor postor.


Entre tantas agencias de fotografĆ­a y publicidad fue averiguando si habĆ­a un comprador. PodrĆ­a haber buscado empleo como fotĆ³grafo pero era una persona que no querĆ­a en lo mĆ”s mĆ­nimo trabajar en relaciĆ³n de dependencia. QuerĆ­a ser su propio jefe, al menos asĆ­ se sentirĆ­a libre de hacer y pensar lo que Ć©l quiera.


Sin embargo entre tanta bĆŗsqueda parecĆ­a que no habĆ­a otro camino que pasar a ser un sĆŗbdito de alguien poderoso. QuizĆ”s algĆŗn dĆ­a ocuparĆ­a ese cargo de ser un jefe exitoso que de Ć³rdenes a alguien mĆ”s, claro con la diferencia de tratar a las personas como lo que son puesto que en la mayorĆ­a de los casos hay una exigencia brutal y ese ser termina siendo una herramienta manejada por un superior.


Jacques querĆ­a sobresalir para bien, era una persona con valores y gran moral. Hasta que entonces el sol parecĆ­a iluminar su rostro luego de tantos dĆ­as grises. ConsiguiĆ³ alguien que le comprara sus fotografĆ­as. Se lo encontraba en un museo con unas salas ocultas que escondĆ­an algo sin duda alguna.


En un primer momento logrĆ³ vender la mayorĆ­a. Esta persona las seleccionaba y luego le pagaba el total de todas ellas. Por alguna u otra razĆ³n a cada una le ponĆ­a un valor diferente. La venta fue exitosa en reiteradas oportunidades pero como todo, uno siempre quiere vender mĆ”s.


Fue entonces que le preguntĆ³ sobre los criterios para la compra de fotografĆ­as y el hombre le explicĆ³ el proceso que hace de selecciĆ³n y quĆ© cosas son las mĆ”s buscadas. Algo extraƱo estarĆ­a por escuchar. Este hombre lo tomĆ³ del brazo fuertemente y lo llevĆ³ a su despacho. CerrĆ³ las cortinas del lugar y subiendo la mĆŗsica de un aparato comenzĆ³ a explicarle cĆ³mo ganar mĆ”s dinero.


El futuro fotĆ³grafo profesional era alguien con mucho esmero, simpĆ”tico y alegre pero siempre mantenĆ­a cierta cautela de que no lo estafen o que algo raro pueda suceder. Y en este caso desconfiaba de esta persona, que al parecer, ocultaba algo grotesco. Con un habano en su mano desprendiendo una nube de humo y en la otra un vaso de whisky, sentado sobre su asiento ofreciĆ³ un trato.


Le habĆ­a propuesto una manera de ganar mucho mĆ”s dinero. Y es que habĆ­an compradores asegurados, Ć©l serĆ­a el intermediario en este caso y planeaba la divisiĆ³n de bienes. Su idea era la de como inicialmente se habĆ­a dicho, conseguir las mejores y mĆ”s impactantes fotografĆ­as de animales para su posterior venta con un claro y conciso cambio. Deben estar muertos y dejando un rastro de agonĆ­a.


Asombrado y con la mirada reflejando terror, no tuvo respuesta alguna. No se esperaba tamaƱa cosa y entre un ligero silencio el hombre continĆŗa con su propuesta. "ĀæSabes como lograr que agonicen al momento de la captura de la fotografĆ­a? ... tĆŗ debes lograr que lleguen a ese estado, tĆŗ debes ser quiĆ©n capture su agonĆ­a y posterior muerte, te pagaremos por eso y mucho" explicaba.


Como Jacques era una persona con una gran moral, no permitirĆ­a ser parte de la atrocidad de quitarle la vida a un ser vivo y mucho menos de hacerlos sufrir cruelmente. Su jefe al ver su descontento terminĆ³ diciĆ©ndole algo que serĆ­a la gota que rebalsarĆ­a el vaso. Disecar los animales luego de todo ese espantoso episodio. Aquellos animales que siempre fotografĆ­o y que veĆ­a reflejado ternura y cariƱo pasarĆ­an a ser todo lo contrario.


Entonces su jefe le puso un montĆ³n de billetes sobre la mesa. Dinero suficiente para comprar la ansiada cĆ”mara de fotografĆ­as que tanto quiso. AĆŗn asĆ­ Jaques se negĆ³ en hacerle daƱo a un animal lo que despertarĆ­a la furia del hombre. Lo volviĆ³ a tomar del brazo y lo llevĆ³ a una sala a oscuras. No se escuchaban ruidos ni sonidos hasta que prendiĆ³ una tenue lamparita de luz y observĆ³ varios animales en estado deplorable.


HabĆ­an sido maltratados, se les notaban los huesos de pasar tanta hambre y se espantaban al mĆ­nimo acercamiento. Su jefe claramente era un carnicero que no tendrĆ­a piedad sobre nadie.

Ya se veĆ­a venir lo que le iba a forzar a hacer. Por lo que intentĆ³ escapar del lugar sin Ć©xito. Ese vil hombre habĆ­a encerrado a Jacques para que cometa una locura. IntentĆ³ que lastime a una cabra infligiĆ©ndole gran daƱo en sus entraƱas pero fue imposible porque prometiĆ³ nunca hacerles daƱo. Esa decisiĆ³n resultĆ³ en que su jefe realice esa aberrante acciĆ³n. Y sin mĆ”s aniquilĆ³ al animal en un mar de sangre. Bueno, lo aniquilĆ³ luego de un largo alarido del pobre ser, y parecĆ­a alegrarse por hacerlo.


Ahora era su turno, debĆ­a hacerlo con otro animal, mientras que planeaba cĆ³mo salir de ahĆ­ siguiĆ³ sus instrucciones. Una promesa serĆ­a una promesa y eso no cambiarĆ­a. Para ese entonces lo que sĆ­ habĆ­a cambiado serĆ­a la personalidad de Ć©l. Es que ver eso habĆ­a perturbado su mente, muchas cosas pasaban por su cabeza las cuales eran puras cosas negativas. QuizĆ”s nunca mĆ”s hallarĆ­a la felicidad.


Vio las llaves con las que lo encerrĆ³ en esa sala y entonces fue que tomĆ³ el cuchillo de carnicero que su jefe le cediĆ³. Con una estocada en la espalda y luego otra y otra, habĆ­a terminado con su jefe luego de un largo tiempo de agonizar. Aquel ser que le cambiĆ³ el significado de la vida, que de ahĆ­ en mas no serĆ­a un color de rosas, habĆ­a marcado para siempre su corazĆ³n. Ese corazĆ³n tan amable y comprensible serĆ­a uno gĆ©lido y desconsiderado.

Entre las vitrinas donde estaban los animales disecados aparecerĆ­a el cuerpo del jefe con una expresiĆ³n de dolor crĆ³nico que reflejarĆ­a su Ćŗltimo momento de esa vil vida que eligiĆ³ llevar. La vitrina tendrĆ­a a su primer disecado humano, al menos por un tiempo porque Jacques deberĆ­a cumplir una condena en prisiĆ³n.


DifĆ­cilmente volverĆ­a a ser el mismo. HabĆ­a esbozado un arte que para Ć©l serĆ­a el indicado. El futuro profesional de la fotografĆ­a serĆ­a el prĆ³ximo taxidermista humano. Las vĆ­ctimas estarĆ­an a punto de ser acechadas.

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